La Iglesia Parroquial

La Iglesia Parroquial de Morillejo es un templo del siglo XVII, con portada de sillería, siendo el resto de sillarejo con su espadaña orientada al poniente, bien cuidado y con ciertos detalles de interés, como su limpio retablo barroco, sus dos capillas laterales: la de la Virgen de Fátima y la de la Soledad. La Iglesia en su conjunto es un sencillo ejemplo de arquitectura barroca popular, de corte herreriano.

 

Nuestra iglesia está consagrada a la Patrona de Morillejo: Nuestra Señora de la Concepción.

La Ermita de Jersusalén

Algo alejada de Morillejo, cruzando un pequeño barranco, se levanta el nuevo cementerio y La ermita de Jerusalén, originalmente de San Juan de Jerusalén, edificación de estilo románico, de una única nave y planta rectangular, como corresponde al estilo. El presbiterio es recto y el ábside perfectamente semicircular. La puerta principal, de origen moderno, a pelo y sin atrio, es fruto de la restauración. En el muro norte, el de la umbría, se abría una puerta, hoy tapiada, solemne de arco apuntado, con molduras sencillas, pero en un estilo netamente cisterciense.

 

Según Herrera Casado, en sus escritos de noviembre de 2008, el interés de la Ermita “radica en que representa una síntesis de las construcciones románicas más clásicas y de las características del estilo cisterciense. Aunque un tanto exagerado, podría decirse que esta ermita minúscula tiene el aire neto del estilo cisterciense que heredaría de Ovila, tan cercano, como este lo heredó de los monasterios de la Dordoña francesa de donde vino a la Alcarria”. 

Probablemente sus muros, puertas y canecillos fueron tallados por los mismos canteros, al menos las marcas de cantería son las mismas que las del Monasterio de Óvila. 

No es de extrañar este influjo europeo y monacal en la ermita de Jerusalén de Morillejo. Porque en su término, y junto al río Tajo, estuvo en la Edad Media la aldea de Murel (Morillejo es un diminituvo de ese antiguo nombre).

Próximo a la ermita discurre un camino hacia La Fuente, que según el análisis toponímico de las vías que recoge Dña. Luisa Alcázar (Estudio El Puente de Murel, Nº 19, 1992, Revista de Estudios de la Institución Provincial de Cultura de Guadalajara) pudo estar levantada sobre un antiguo templo romano dedicado a alguna divinidad relacionada con el culto a las aguas, con lo que templo y fuente estarían relacionados.

El Órgano de la Iglesia

Dentro de la Iglesia encontramos otra joya: el órgano. Éste se construyó en el siglo XVII, en pleno Barroco, pretendiendo representar el triunfo de la Contrarreforma. Se pusieron de moda en principio en las Catedrales, pero poco a poco los pueblos que podían permitírselo también los fueron adquiriendo.

El de Morillejo es uno de los pocos que existen en la provincia de Guadalajara conservados y aún funcionando. No es un órgano grande, y técnicamente es limitado en algunos aspectos, pero generoso en otros, “siempre en función de las obras a interpretar”, como apunta el maestro Mazorra, que ha tenido la oportunidad de interpretar varias piezas en él. Este tipo de órgano es conocido en el argot como “de octava corta”, que significa que ciertas teclas, habituales de la mano izquierda, no están. “En aquella época era algo normal, que ahorraba la construcción de tubos bajos grandes”, señala el organista.

Sólo tiene un teclado, dividido en dos ámbitos tímbricos. Desde el centro del teclado hacia la izquierda tiene unos registros, hasta el Do, y desde esta nota hacia la derecha tiene otros que pueden o no coincidir con los anteriores. “Esta característica permite hacer acompañamiento y solista con un solo teclado. Es ingenioso. La construcción buscaba la mayor cantidad de prestaciones con el mínimo de recursos”, explica Mazorra.

El frontal del órgano es sencillo y su trompetería horizontal, que se añadió en el siglo XVIII y que permite añadir grandiosidad a la interpretación de obras de cierta brillantez que aprovechan al máximo las posibilidades del sonido de esta trompetería horizontal tan propia de los órganos españoles.

Los bajos del ejemplar de Morillejo “no tienen contras”, que son las que se tocan con el pie. “Por el contrario tiene otras características distintas y especiales como el tambor, un dispositivo que consigue una vibración que imita el sonido de la percusión”.

En opinión de su intérprete, Luis Mazorra, la característica que lo define sería quizá la “nobleza sincera” de su sonido. Muchos órganos dejaron de tocarse en numerosas iglesias en el siglo XIX, entre otras cosas porque no quedó nadie que supiera hacerlo. Tras leves intervalos de luz, en el año 1993, y a instancias de Máximo García, alcalde de Morillejo en ese momento y del Párroco Santiago Jiménez, fue restaurado por el Ayuntamiento de Trillo.

Se piensa que es obra también del siglo XVII, y se sabe que el día 11 de agosto de 1829 le alcanzó alguna piedra de la torre, partida en dos por un rayo, lo que obligó a ponerlo en orden meses después por el maestro organero don Manuel Cisneros, venido desde Ágreda, siendo cura don Juan Ángel Batanero Millana.

Fuentes de Morillejo

Rincones de Morillejo

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